El logro de transformar un país está dado por el grado de involucramiento que pueda desarrollar el pueblo.
* Por Carlos López
La primera cuestión a considerar es asumir qué relación hay entre las
características de la crisis política que estamos viviendo y el tipo de
respuesta que hay que dar. Otra cuestión a introducir es el papel de
la unidad y la organización en el proceso de construcción política para
ser eficaces en la disputa del poder. Es por ello que es importante que
el crecimiento de cuadros políticos unidos y organizados no sea sólo
algo retórico.
Resulta imprescindible recordar a Néstor y Cristina: “Ningún
dirigente, ningún gobernante, por más capaz que sea, puede cambiar las
cosas si no hay una ciudadanía dispuesta a participar activamente de ese
cambio. Desarmados de egoísmos individuales o sectoriales, las
conciencias y los actos deben encontrarse en el amplio espacio común de
un proyecto nacional que nos contenga, un espacio donde desde muchas
ideas pueda contribuirse a una finalidad común”, decía Néstor Kirchner
el 25 de mayo de 2003.
“Quiero también convocar a todos los argentinos a esta gesta, a que a
esta década ganada, le siga otra década más en que los argentinos sigan
ganando también. Porque yo me pregunto, yo no soy eterna, lo he dicho
muchas veces, y lo que es más importante, tampoco lo quiero ser. Es
necesario empoderar al pueblo, a la sociedad de estas reformas y de
estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas, y sé
de qué estoy hablando… Hay algo que me desvela, que me obsesiona. Y es
que los argentinos se organicen para defender todo lo que hemos logrado
en estos años felices.” (Cristina Fernández de Kirchner, 25 de Mayo
2013)
Cuando Cristina habla de empoderar al pueblo, qué quiere significar: en
primer lugar, en una sociedad que se hartó de sufrir las consecuencias
de los que decidían por ella y comienza a demandar lo que atañe a sus
condiciones de vida, sólo será posible si comprendemos no solo sumar
adherentes y militantes a nuestra fuerza, sino expandir las capacidades
y saberes de nuestro pueblo.
Ahora bien, debemos consolidar una organización con vida
democrática, porque así se tendrá menos probabilidades de fracturas por
diferencias y contradicciones, en tanto que se deberá contar con los
mecanismos para procesarlas y resolverlas, lo que resulta vital para
impulsar también la unidad con todos los sectores del campo popular.
También tendrá menos chances de equivocarse, por cuanto las decisiones
colectivas están basadas en una comprensión más integral de la realidad y
los problemas a resolver. Ni qué hablar de la formación de cuadros, que
sólo resultará posible en la medida en que cada uno tenga la
oportunidad de asumir de manera efectiva su cuota de responsabilidad en
la toma de las decisiones que afectan al conjunto. Y por último y
principal, no sería creíble ni posible la construcción de una sociedad
más democrática, como propuesta de una fuerza política que no sea capaz
de practicar la democracia en su propio seno.
Nuestros militantes deben ser compañeros conscientes y convencidos de
la lucha política que se tiene que desarrollar, capacitados
técnicamente para llevarla adelante. La capacitación política, los
aspectos imprescindibles para poder calibrar correctamente una situación
determinada: informativos, históricos, doctrinarios. Un cuadro
militante será aquel que reúne en su persona: primero, la capacitación
política que le habilite para comprender y a la vez enseñar cuál es la
situación del momento y sus soluciones; segundo, que entregue todas sus
posibilidades al desarrollo de la acción política expresando así su
férrea voluntad de profundizar el cambio; y finalmente, la capacitación
técnica y la experiencia producto de la acción que deberá llevar a cabo
para consolidar el proyecto.
El logro de transformar un país está dado por el grado de
involucramiento que pueda desarrollar el pueblo. Y aquí vamos a
introducir dos conceptos muy arraigados en América Latina: primero, los
liderazgos populares; segundo, las convicciones que un pueblo organizado
pueda llevar adelante. La clave de poder consolidar un proceso
transformador es aumentar la base en la toma de decisiones. Cuantos más
compañeros estén involucrados en esa toma de decisión más probable será
llegar a las metas impuestas. Practicar la democracia para la toma de
decisiones en el seno de nuestras organizaciones políticas no está
reñido con la afirmación de un liderazgo, que por otro lado resulta
necesario para proyectar la propia política a nivel popular. Pero tiene
que ver con la convicción profunda acerca de que sólo el trabajo y la
lucha colectivos pueden ser artífices de los cambios por realizar. Que
no existe el héroe individual (excepto en las hazañas que se relatan en
las películas norteamericanas) y que “el único héroe verdadero es el
héroe colectivo”. Al decir de Héctor Oesterheld en la introducción a El
Eternauta, “el héroe en grupo”. La clave del éxito de nuestro proyecto
depende más de la preparación que de la suerte, más del esfuerzo que de
la improvisación. Debemos estar dispuestos, también, para lo inesperado
o lo no deseado. Debemos adaptarnos a cada etapa histórica porque su
aplicación debe ser analizada en forma concreta y no en forma abstracta.
Un concepto que debemos profundizar: la estrategia. Esta incluye una
adecuada percepción de la realidad y un planteamiento del futuro
deseable que es, a la vez, exigente y posible. La noción de estrategia
conjuga lo real, presente, imaginario, deseable; permite ordenar ideas
para que nuestra conducción ponga en práctica la capacidad de
transformación de la realidad como base para cumplir los objetivos del
proyecto: generar valor, lograr continuidad o permanencia, satisfacer
las necesidades sociales y propiciar el crecimiento de nuestro país.
Nuestra clave es seguir construyendo este proyecto, que emergió a la
gran mayoría de los argentinos el 25 de mayo de 2003, que viene desde el
fondo de la historia, de aquellos momentos en los cuales el movimiento
nacional y popular pudo expresarse en el gobierno, anteponiendo el poder
popular al poder de los que más tienen.
En Tiempo Argentino