31/10/13

Bien merecido

Hay algo que no va a cambiar: Clarín va a seguir mintiendo. Seguramente Magnetto y su monopolio van a decir que el fallo de la Corte que declara la constitucionalidad de la totalidad de la Ley de Medios es “un éxito del Gobierno”.
Esta no es una victoria de un gobierno, ni de una presidenta, ni de una organización política sino de todo el pueblo argentino.
Tuvieron que pasar treinta años de democracia ininterrumpida para que por primera vez los tres poderes del estado le digan basta a la extorsión, al odio y a la ambición del señor Magnetto y el grupo Clarín.
De una vez por todas, los argentinos hemos conquistado nuestro pleno derecho a la libertad de expresión. A partir de ahora la corporación monopólica que tanto daño le hizo a nuestro país va a tener respetar las leyes de la democracia.
Nunca nadie le prohibió a Clarín que mienta obscenamente sobre las personas y sobre lo que pasa en las provincias argentinas, en el país y en el mundo. Pero ahora el pueblo va a poder escuchar otras versiones de los hechos para poder comparar en igualdad de condiciones y llegar a una conclusión propia, sin limitaciones ni tergiversaciones. En verdadera libertad.
Se lo merecen los miles de trabajadores y ex trabajadores del Grupo Clarín explotados, precarizados y negreados por la soberbia de su patrón, Héctor Magnetto.
Se lo merecen las familias de los miles de trabajadores que quedaron en la calle cuando el monopolio arrasó con los medios del interior.
Se lo merecen los diputados y senadores que representaron al pueblo en el Congreso y no traicionaron su mandato popular, ni se sometieron a las órdenes del hasta ahora todopoderoso señor Magnetto.
Se lo merecen los que insisten por una justicia que no sea una casta cerrada y elitista al servicio de las corporaciones económicas.
Se lo merecen, incluso, los dirigentes opositores de derecha y de izquierda que dejaron de hacer política para transformarse en tristes actores de reparto, guionados y mimados por El Grupo.
Se lo merece Néstor por enseñarnos que no hay mejor forma de vivir que luchando por los desafíos que parecen imposibles.
Se lo merece Cristina porque transforma el odio en tanto amor y tiene el coraje para seguir más firme que nunca conduciendo a la patria por un camino de justicia y dignidad.
Se lo merecen los desaparecidos, los asesinados, los torturados y perseguidos por la dictadura sangrienta que catapultó al grupo Clarín a condicionar la democracia durante tantos años.
Se lo merecen los pibes que todavía no recuperaron su verdadera identidad.
Se lo merece el pueblo argentino para seguir luchando.